The Elder Scrolls IV: Oblivion Remastered ha sido una de las «sorpresas» del año. Esta remasterización, que llega de la mano de Virtuos, es la mejor versión que existe para jugar a la experiencia original desarrollada por el equipo de Bethesda. Después de decenas de horas en su mundo, os cuento mi experiencia en este RPG de fantasía que sentó las bases del género en occidente. Repasaré lo que ha sido volver a Tamriel 20 años después y lo que esta remasterización puede ofrecer tanto a antiguos como nuevos jugadores.
Viejos sentimientos nos asolan en la Capital del Imperio
Con una cinemática imponente, comenzamos nuestra experiencia de nuevo casi 20 años después pero con una sensación imperecedera, ¿Por qué? Pronto sonará aquella música que todos recordamos y sabremos que estamos ante algo muy grande. Es bastante paradigmático cómo percibimos que estamos jugando al mismo juego que se lanzó en 2006 pero traído a la actualidad. Sí, The Elder Scrolls IV: Oblivion Remastered es exactamente la misma experiencia en cuanto a historia, narrativa y sensaciones (depende), pero no por ello no vale la pena adentrarnos en su mundo y ver todo aquello que hizo tan grande a Skyrim.
Ya en las mazmorras de la prisión, notamos que el remozado gráfico es colosal. Es más, no somos realmente conscientes del cambio gráfico (sobre todo) con respecto al original. Hasta que desempolvamos la caja e introducimos el disco de Xbox 360 en nuestra consola. Claro, este juego aún con todo se ve mejor que la obra primigenia gracias a la retrocompatibilidad y el parche que recibió en su momento de Xbox One X. De todas formas, una vez que salimos de esta primera mazmorra, observamos un mundo increíblemente recreado. Sabemos desde ese mismo instante que nos quedaremos un buen tiempo por sus tierras.
Aunque es importante advertir a aquellos que quieran experimentarlo por primera vez que sigue siendo aquel juego que salió a principios de siglo, con todo lo bueno y todo lo malo. Acostumbrados a unas sensaciones más fugaces, en Oblivion Remastered el ritmo es lento y todo evoluciona como las buenas historias de antaño. Sus mazmorras, aunque renovadas con trampas muy sutiles, cuentan con un aspecto semi-idéntico entre unas y otras. La variedad en su estructura de niveles no es excesivamente alta y es lógico, pues en aquellos tiempos en un mundo tan inmenso se reutilizaban más asiduamente los diseños.
Qué ha cambiado en The Elder Scrolls IV: Oblivion Remastered con respecto a la obra original de 2006
Más allá de este cambio gráfico, existen un gran número de mejoras de calidad de vida del producto. La interfaz ha mantenido su aspecto pero sí se han hecho una serie de retoques que hacen que la navegación por sus menús ahora sea más ergonómica que nunca. Se han recogido aspectos de su predecesor como la progresión, ahora podremos asignar puntos de nivel a distintos atributos como la fuerza o agilidad. Se han grabado nuevas voces para los NPC que vagabundean por las tierras de Tamriel así como una actualización de los efectos sonoros a nivel general.
Un aspecto que había envejecido mal sin duda, era el combate. Ahora, se han introducido esquivas, las cuales gastarán por movimiento nuestra barra de energía. También los enemigos reciben nuestros impactos provocando una mejor sensación a los mandos. Se implementa la posibilidad de esprintar a la hora de viajar por su mundo. Pero, no nos vamos a engañar, los enfrentamientos todavía se sientes muy desactualizados en sus físicas y opciones. Si nos ponemos la vista en tercera persona (se ha mejorado), veremos qué físicas son demasiado robóticas, bajando esta sensación en la clásica vista en primera persona.
Quizás uno de los aspectos que podría haber obtenido un trato más especializado es el combate. Aunque es cierto que mediante los mods de la comunidad la gran mayoría de estos problemas se solventan, en consolas todavía no contamos con esa opción. El nivel de dificultad sí es un aspecto que se está muy mal calibrado. Ésta asciende vertiginosamente de un nivel a otro en cuando a daño recibido y provocado. Haciendo que la experiencia se quede sin el punto intermedio perfecto, pues nos parecerá o demasiado accesible salvo momentos muy concretos o, por el contrario, una quimera inabordable.
El renovado aspecto gráfico, el cambio que lo hace eterno, aunque con diversos aspectos a mejorar
Vivir toda esta aventura de nuevo para mí ha sido una cura de nostalgia importante. Pero, sinceramente, creo que no hubiese sido posible sin su apartado gráfico. Sí, para mí existen los suficientes alicientes como para volver a la obra original pues, recordemos la gran historia que The Elder Scrolls IV: Oblivion Remastered tiene gracias a sus portales que nos transportan a tierras demoniacas, su nivel narrativo e interés y todos los personajes que rodean este mundo. Pero habría que hacer un esfuerzo por adaptarse a una experiencia que ha envejecido mal jugable y gráficamente.
Es por ello por lo que, ahora, es el mejor momento para poder re-disfrutar de esta emotiva historia. El cambio de motor gráfico a Unreal Engine 5 le ha sentado genial y todo cuenta con un nivel de detalle altísimo. Se han rediseñado el aspecto de los personajes, que cuentan con un nivel aceptable en cuanto a expresiones faciales (aunque se siguen sintiendo muy robóticas). La iluminación y el ciclo de día y noche, las físicas del agua, en definitiva, todo ha recibido un cambio sustancial y que lo lleva a los estándares actuales.
Pero, como se suele decir, no es todo oro lo que reluce. El rendimiento todavía no es el adecuado, esperamos que sigan perfeccionando y arreglando esta experiencia. Conserva aquellos bugs clásicos que tanto nos han hecho reír en su momento. Pero, en cuanto al rendimiento persé, en la versión que he probado de Xbox Series X y también en Series S (mucho más acentuado) dista mucho de ser la más óptima. He sufrido caídas de fotogramas, sobre todo en su mundo abierto, así como bajadas de resolución.
Entonces, ¿Seguiré en Tamriel una temporada más?
Sin lugar a dudas, creo que es de esos juegos que quedan instalados en nuestros equipos por tiempo. Aunque es cierto que todo este lavado de cara ha hecho que pese más de 100gb. The Elder Scrolls IV: Oblivion Remastered es una aventura que todo fan del género no se puede perder, con las actualizaciones de esta nueva revisión ahora es todo más sencillo y ergonómico. Encontramos mejoras de calidad de vida en interfaz, combates, sonido, progresión y, sobre todo, apartado gráfico y técnico. Pero la verdadera razón por la que nos quedaremos es por su gran historia, su sensación de descubrimiento y la toma de decisiones. Ahora, te toca a ti ser el protagonista de esta vieja historia.
The Elder Scrolls IV: Oblivion Remastered está disponible para Xbox Series X/S, PS5 y PC. Recuerda que está incluida en la membresía de Game Pass Ultimate desde el primer día. Quédate con nosotros, sin olvidarte de visitar nuestra página web a través del siguiente enlace.
Acerca del autor
Siempre me ha gustado jugar a videojuegos y leer artículos sobre ellos, ¿Por qué no escribir?